En un mercado perfecto, la oferta (producción) y la demanda (consumo) tienden a llegar a un punto de equilibrio. Figura 1
Si aumenta la oferta (a1) o disminuye la demanda (a2), el precio baja (A3). Esta bajada de precio desincentiva la nueva oferta y aumenta la demanda volviendo a un nuevo punto de equilibrio (a4).
Si, por el contrario, aumenta la demanda (b1) o disminuye la oferta (b2), el precio subirá (B3) para volver a un equilibrio, en este caso incentivando mayor oferta por el nuevo precio o disminuyendo la demanda y volviendo a un equilibrio donde oferta y demanda se sientan cómodas con el nuevo precio igual al inicial o parecido.
Cualquier equilibrio de oferta/demanda, tendrá una tendencia a la disminución del precio a causa del aumento de la productividad de cualquier proceso productivo. Cuantifiquemos el coste en horas necesarias de trabajo para comprar un producto -evitando efectos perversos de política monetaria e inflación-. Comprovaremos, por ejemplo, que las horas de trabajo necesarias para comprar un saco de trigo son muy inferiores ahora que hace 50 años.
Esto es general, excepto en el caso de productos finitos que están influidos por otros parámetros.
Como hemos intentado explicar, todo movimiento de uno de los dos componentes que afecte al equilibrio producción/consumo influirá en el precio del producto.
Que pasa cuando uno de los dos es cíclico? Por ejemplo:
Ciclo de producción Figura 2: Existen muchos productos donde la producción es totalmente cíclica, sobre todo si hablamos de productos agrícolas. En este caso tenemos periodos con una producción nula y meses donde se realiza prácticamente toda la producción anual. En estos casos el precio a lo largo del año suele ser cíclico.
En algunos casos, mediante almacenaje y conservación, se puede mitigar este efecto. Pero difícilmente evitaremos un precio cíclico si la producción tiene un componente cíclico.
Ciclo de consumo Figura 3: Otros productos tienen una producción prácticamente estable y, en cambio, el consumo es totalmente cíclico o estacional. Pongamos dos ejemplos:
Gas Natural: El gas natural tiene una capacidad más o menos estable, pero la gran parte de su consumo va destinado a alimentar la calefacción de las viviendas, sobre todo en Europa. Por lo tanto, hay un aumento del consumo que empieza a finales de septiembre, alcanzando su punto máximo a mediados de diciembre. Tenemos muy estudiado el ciclo anual del precio del gas natural y podemos decir que posee un comportamiento muy cíclico. Tiene unas fuertes subidas en los meses de septiembre, octubre y noviembre de las cuales nos podemos aprovechar.
Habitación de Hotel en una zona turística: Sea playa o montaña, el número de habitaciones disponibles (oferta) tiene una inercia muy grande y es difícil adaptarlo rápidamente a la demanda -se necesitan varios años para modificar la oferta-. En cambio, hay meses en que no podemos cubrir la demanda y meses en que la ocupación difícilmente supera el 20%. Así pues, el ciclo de precios de una habitación de hotel en una zona turística tiene un claro ciclo anual mucho más difícil de rentabilizar por un especulador a diferencia del gas Natural.
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