Seleccionar página

Las definiremos como un período corto en que el VIX, supera los 40 puntos. Esto equivale a variaciones de precios diarias cercanas al 5%. Estas tormentas en general suponen unas pérdidas totales superiores al 25%. Durante los últimos años sólo el 3% de las sesiones bursátiles han tenido el índice Vix por encima de 40 puntos.

En la historia estas tormentas se repiten periódicamente, las últimas han sido:

  1. agosto 1998
  2. setiembre 2001
  3. julio setiembre 2002
  4. setiembre 2008
  5. mayo 2010
  6. Agosto 2011 ACTUAL

Siempre habrá tormentas en los mercados financieros y tenemos dos opciones:

  • aprender a convivir con ellas
  • no aceptarlas

Si no queremos vivir ninguna, reflexionemos profundamente si es así y decidamos no invertir en activos volátiles nunca más. Es normal que haya varios años seguidos sin ninguna tormenta y nos apetezca volver a invertir, pero en este caso sepa que la tormenta volverá. Es muy usual entre particulares, entrar cuando el mercado lleva varios años tranquilo y cerrar la inversión en mitad de la primera tormenta asumiendo unas pérdidas importantes.

No asumir volatilidad no nos exime de riesgo y pondremos dos ejemplos conocidos por muchos:

  • Participaciones preferentes emitidas por algunas entidades financieras, con rendimientos de tipo fijo al 5%, o Euribor más el 2% que, a día de hoy, algunas de ellas están cotizando a mitad de precio.
  • Productos garantizados por el quebrado Lehman Brothers (cuarto banco de inversión mundial), donde algunos de sus productos vendidos por la mayoría de banca privada se encuentran pendientes de la liquidación.

También existen muchos productos a plazo fijo, que por ahora no han tenido ninguna pérdida patrimonial, pero no se puede descartar, ya que se ha dado en otros países.

La frecuencia de estas situaciones creemos que va a aumentar o mantenerse. Los motivos pueden ser varios, pero todos somos conscientes de que en la actualidad tenemos:

  • Un exceso de información.
  • La globalización de los mercados.
  • La rapidez de acción sobre una situación de incertidumbre.

Cuando un índice pierde un 25% en 10 días, cunde el pánico. Hay una expresión americana, «intentar coger un cuchillo cuando cae», que define muy bien la situación por ser suficientemente explícita. Es imposible saber si durará dos días menos y si la caída será del 20%, o si durará dos días más y la caída será del 35%.

En este tipo de situaciones, la de peores consecuencias para nosotros,  la correlación de los activos tiende a unirse lo que implica que la práctica totalidad de los activos bajan y suben a la vez. Y, como es lógico, afecta a los ciclos la mayoría de los activos que tenemos en cartera.