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En estos momentos la deuda americana tiene la calificación de máxima calidad: «triple A». La calificación que obtiene un deudor de su deuda tiene dos efectos claros e inmediatos:

El precio: Una mejor calificación implica un menor coste de financiación. Aunque este coste es variable a lo largo del tiempo, siempre el coste es menor (en caso del mismo tipo de deuda y de vencimiento) para los mejor calificados.

La facilidad de financiarse: Cuanto menor es nuestra calificación a menos inversores interesará nuestra deuda o exigirán mas garantías.

Esto siempre ha sido así, una persona o empresa solvente puede negociar mejores condiciones para su deuda que una persona o empresa con dificultades. En estos momentos las agencias de rating no pasan por su mejor momento, pero se tienen en cuenta igualmente en el momento de invertir.

Gráfico 1: Evolución de la deuda de EEUU

 

Actualmente, las últimas noticias que llegan de Estados Unidos no son malas: hay un cierto crecimiento, creación de empleo y ya nadie se acuerda que hace menos de un año estuvo al borde de la suspensión de pagos.

¿Hasta qué porcentaje de deuda respecto el PIB (GDP en inglés) podrá endeudarse sin necesidad de aumentar el precio que paga por su deuda? Gráfico 2:

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Creemos que cuando el crecimiento de EEUU muestre el primer signo de relajación o de estancamiento, la rentabilidad del bono a 10 años aumentará de forma sustancial. Hasta día de hoy han conseguido evitarlo mediante la compra de deuda por parte de la FED. Esta fácil solución, en cualquier otro país devaluaría la moneda. Tenemos dudas de qué pasará con el dólar al ser la moneda de referencia de todas las commodities mundiales.

En EEUU han conseguido que un producto (bonos americanos a 10 años) con una oferta cada vez mayor pueda pagar un importe cada vez menor para venderlo.
Gráfico 3: Evolución de los tipos de interés a 10 años

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Parece que esta curva está cerca de su límite, ya que si continúa esta tendencia pronto tendríamos que pagar al gobierno de EEUU para dejarle dinero a 10 años. No sería la primera vez que un gobierno cobra por pedir prestado dinero, pero ha sido en deuda a corto plazo.

Con estos datos parece que no es muy arriesgado especular a una alza de los tipos de interés. Al ser una operación meramente especulativa, nos es indiferente el momento de ejecutarla. Para evitar el máximo riesgo estudiaremos el ciclo anual del bono de 10 años que nos identificará las épocas del año que los tipos de interés suben con más facilidad.
Gráfico 4, evolución del tipo de interés durante el año.

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Este gráfico consta de tres curvas:

La curva roja es la evolución del tipo de interés medio durante los últimos 12 años. El interés ha pasado del 6,44% en el 31-12-99 al 1,87% el 31-12-2011, quedando el tipo de interés en menos de una tercera parte con caídas medias del 10% anuales.

La curva amarilla es la evolución del tipo de interés durante los 12 años anteriores, ha pasado del 8,86% el 31-12-1887 al 6,44% el 31-12-99. En este caso la reducción es de una cuarta parte, bastante inferior.

La curva marrón es la media de las 2 anteriores y es evolución media (de los últimos 24 años) que ha sufrido el rendimiento a lo largo de un año.

Podemos observar un comportamiento claramente estacional. La evolución del rendimiento entre los años 1988 y 1999 comparada con la evolución del precio entre los años 2000 y 2011 es muy similar, siendo años en que los acontecimientos económicos han sido muy dispares. Las causas que pueden provocar este ciclo son varias, una de las principales podría ser las que comentamos en nuestro anterior artículo sobre el ciclo de la oferta bonos.

Durante el año vemos varios momentos con clara tendencia alcista y bajista. Será nuestro trabajo decidir que fases escogemos y si apostamos a una fase que porcentaje del patrimonio gestionado invertir.

Como es obvio, no son dos líneas paralelas, se dan circunstancias que impiden que se cumpla siempre. Si observamos el gráfico en detalle, de mediados de febrero a mediados de marzo y a principios de agosto, vemos un comportamiento divergente entre los dos gráficos.

Recalcamos que no es una operación libre de riesgo, tengamos en cuenta que una reducción del 2% al 1% es una caída del 50%. De hecho, siempre trabajamos con la hipótesis de que la operación puede ser errónea y no solemos hacer inversiones que superen el 2% del valor del fondo.

Para este artículo hemos escogido dos fases, una fase alcista en que los tipos de interés suben y otro fase bajista en que los tipos de interés bajan por si alguien quiere especular a que los tipos seguirán bajando.

En las dos fases observamos muy claros los momentos de salida, el momento de entrada no es tan claro y se podría escoger un momento anterior al propuesto.

Gráfico 4: FASE ALCISTA: Incremento de cada año de los tipos de interés entre el primer día de marzo y la sexta sesión de mayo.

fase_alcista_bono_americano
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El resultado es interesante. Un activo que ha caído de forma sostenida durante los últimos 24 años, tiene una época del año en que ha subido, y con unos porcentajes importantes.

Grafico 5, FASE BAJISTA: Incremento de cada año de los tipos de interés entre el 10 de Agosto y el 2 de Octubre.

fase_bajista_bono_americano
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No deja de sorprendernos que un mismo activo tenga este comportamiento tan diferenciado en dos épocas diferentes del año.

De alguna manera, en este artículo hemos visto cómo solemos funcionar, una alteración en el mercado, suele provocar una oportunidad de inversión y el ciclo anual nos ayuda a elegir el mejor momento para llevarla a cabo.

Este tipo de operaciones no tienen por qué ser especulativas y esta información se puede usar como protección de su cartera. Si usted dispone de bonos americanos en su cartera, un incremento del rendimiento supondría una pérdida de valor. En momentos del año en que es fácil que esto acurra, puede realizar coberturas que sería el mismo tipo de operación.