Hemos hablado del petróleo en varias ocasiones, y creemos que es un ciclo muy interesante por su influencia sobre el resto de activos. La caída que ha sufrido en los últimos meses nos motiva a analizarlo otra vez.
Un ejemplo de activo influido por el petróleo es el cambio de ciertas divisas. Creemos que incluso el cambio euro/dólar a menudo está influido por el precio del petróleo. Este factor también afecta a la inflación y, por tanto, a los tipos de interés.
Si nos centrásemos en el corto plazo, la caída de precio del petróleo y del valor del euro experimentada en los últimos meses podría parecer casual al coincidir las causas de la caída del petróleo y las causas de la caída del euro en la misma época.
El euro ha perdido parte de su valor por la expectativa de lanzar su QE totalmente desfasado respecto a la actuación del banco central americano.
Sobre las causas de la caída del petróleo hay también factores diversos a tener en cuenta. El primero es el aumento de la producción de Estados Unidos gracias al Shale-oil; el segundo —y que no es fácil de demostrar— es la actuación de lo que se llamaría “una mano fuerte” en el mercado, que dada su posición dominante puede alterar el precio de un activo por diversos motivos. Por la intensidad de la caída, nosotros creemos que la segunda causa es bastante probable. Y no sería la primera vez que Arabia Saudí provoca cambios bruscos del precio del petróleo. Sobre lo que no estamos tan seguros es de los motivos. Normalmente, en estos casos, el objetivo de esta maniobra es echar del mercado a los más débiles y endeudados para después volver a incrementar el precio. No obstante, hay tantos intereses cruzados (EEUU, Rusia, Irán), que no es fácil llegar a saber el motivo exacto.
Lo que sí creemos es que si había alguien interesado en provocar una caída del petróleo sabía muy bien cuándo era el mejor momento, como veremos a continuación.
En 2014 el crudo tocó máximos el 21 de junio, y llegó a revalorizarse un 8,98 %. A partir de ahí empezó a disminuir su precio, si bien la caída libre de éste la podemos situar a finales de julio. Nosotros teníamos detectada una clara fase bajista del precio del petróleo entre el 7 de agosto y el 10 de diciembre, periodo que solamente en siete de los últimos 24 años ha sido positivo. Recordemos que el petróleo es un activo que ha incrementado su precio una media del 5,65 % anual durante los últimos 20 años.Así pues, si alguien tenia interés en reducir el precio del petróleo y estaba mínimamente asesorado, lo hizo en el mejor momento posible, inundando el mercado en su fase bajista.
Y a partir de ahora, ¿qué?
Por una parte, y como con cualquier otra materia prima, cuando el precio se reduce las compañías o estados se ven obligados a cerrar las minas —pozos en este caso— que producen a un precio superior al del mercado, y esto provoca una estabilización de los precios.
Pero por otra parte tenemos un efecto perverso en el caso del petróleo. Muchos países basan su presupuesto en los ingresos generados por el crudo. Si se reduce su precio, esos países se pueden ver obligados a aumentar la extracción de sus pozos para cuadrar su presupuesto, aumentando aún más la oferta.
En todo caso, el petróleo empieza su fase alcista a mediados de febrero, con los siguientes datos: alcista 15 de 24 y un incremento de precio del 12 % anual durante los últimos 20 años. Por tanto, si tenemos en cartera compañías petroleras no es el momento de venderlas.
El escenario más normal para los próximos cuatro meses podría ser una estabilización del precio del crudo, como mínimo hasta su siguiente fase bajista. Esta estabilización sería muy positiva ya que evitaría tensiones en el tipo de cambio, deflación, tipos de interés y presupuestos de los países exportadores de petróleo, y permitiría una reestructuración de las inversiones existentes. Una estabilización en estos niveles de las materias primas, unida a los bajos rendimientos de la renta fija, podría repercutir en una fase alcista de los mercados de acciones.
Otro escenario sería una recuperación de precios de petróleo. En caso de no tener petróleo en nuestra cartera podríamos incorporarlo vía acciones de compañías petroleras o, directamente, de petróleo. En nuestro caso, como fondo de inversión que no podemos invertir más de un 10 % en otros fondos o ETF, existe la acción OIL-US, que tiene una correlación de prácticamente 1 con el petróleo.
Articulo en colaboración con TraderSecrets