El máximo y el mínimo anual de un activo se produce el día en que su precio consigue su valor más alto y el más bajo. En Annualcycles analizamos medias anuales —normalmente dos de 10 años—, calculamos sus máximos y mínimos y comparamos su situación.
Es fácil de calcular matemáticamente y nos puede proporcionar una idea rápida sobre qué momentos del año nos ofrecen una expectativa alcista o bajista, que es lo que nos interesa detectar con la gestión estacional, ya sea sobre los activos que tenemos en cartera o activos que tenemos en seguimiento para su posible incorporación.
Vamos a observar dos ejemplos de medias de 10 años. En los gráficos, en azul vemos el rendimiento medio de los últimos 10 años (2005-2014 incluidos) y en verde los 10 años anteriores (1995-2004 incluidos). A simple vista esto nos da una idea de cómo tiende a comportarse el activo durante el año, de dónde están sus máximos y de cuándo es el mejor momento para invertir.
BMW – gráfico rendimiento medio.
Vodafone – gráfico rendimiento medio.
En el primer ejemplo vemos que BMW tiene su máximo en julio, y después viene una época lateral en que la acción ha tenido un comportamiento bastante regular. Prácticamente ha mantenido el valor que ha conseguido durante su fase alcista, que va de finales de enero a finales de julio.
Vemos, en el segundo gráfico, que Vodafone tiene el máximo anual justo a final del año, pero eso no significa que sea interesante durante todo el año, sino que solamente acumula el beneficio en sus últimos tres meses.
Para poder detectar mejor los máximos usamos el gráfico con el rendimiento medio anual corregido a ganancia cero (artículo del pasado diciembre de 2014). Con ello, además de poder comparar centenares de activos en igualdad de condiciones, obtenemos un realce de los máximos y los mínimos. En el análisis del ciclo no nos interesa el rendimiento anual que han tenido, sino en qué momento del año se comportan mejor y peor.
BMW – gráfico rendimiento medio corregido a ganancia cero.
Vodafone – gráfico rendimiento medio corregido a ganancia cero.
En algunos casos la situación de los máximos y los mínimos no es tan evidente, o incluso pueden existir varios máximos y mínimos. En estos casos tendríamos más opciones para operar durante el año, ya que si hay dos mínimos se nos dan dos posibles entradas.
Para el siguiente ejemplo, hemos buscado un activo que no haya tenido unos máximos y mínimos tan claros:
Carrefour – gráfico rendimiento medio corregido a ganancia cero.
Máximos de Carrefour: mientras que la última década desde el mínimo de enero se vuelve alcista hasta principios de abril y después bajista hasta los mínimos de octubre, en los diez años anteriores tiene el mínimo de enero en las mismas fechas y después es alcista hasta finales de junio.
Mínimos de Carrefour: vemos que tenemos un mínimo a final de enero, un mínimo en octubre y un mínimo en diciembre. Los tres están confirmados por las dos curvas de dos décadas diferentes.
Esta situación no tiene por qué ser negativa. Dependerá de las fases que nos genera cada uno de los máximos y los mínimos. En este caso vamos a mostrar las fases generadas a partir del mínimo de octubre:
Como vemos, gracias a los mínimos de octubre hemos detectado dos fases muy interesantes: una con un rendimiento medio del 4 % y otra con un rendimiento medio del -4 %.
En caso de tener Carrefour en cartera o quererla incorporar nos pueden ser de gran utilidad. Si no seguimos ni conocemos la acción no debemos operarla.
Vemos que este tipo de análisis tiene la ventaja que no ofrece ninguna duda sobre si nos acercamos a una fase alcista o bajista y si deseamos, como con cualquier otra señal, operarla o no. En caso de tenerla en cartera y existir una baja volatilidad, recomendaríamos la compra de PUTS el 29 de noviembre.
Podemos aplicar este estudio a las acciones que tenemos en cartera, y esperamos poder ofreceros pronto el aplicativo para que podáis comprobar fácilmente las fases alcistas y bajistas de vuestros activos preferidos.
Para poder detectar de forma rápida las mejores fases para invertir miramos los máximos y los mínimos anuales, pero también miramos los máximos y mínimos del primer y segundo semestre, y por último consultamos los máximos y mínimos trimestrales.
Como en cualquier estadística, cuando simplificamos el comportamiento de un valor a un solo dato o fecha estamos perdiendo información. Por eso hace falta analizar los años positivos, los días positivos, que no haya hechos relevantes en la empresa que pueda modificar este comportamiento, etc.
Dicho esto, si queremos gestionar una cartera diversificada de —supongamos— 50 activos sobre un universo de 100, nos puede ser de gran utilidad ordenar los activos por su mínimo anual, semestral o trimestral, y saber qué empresas están precisamente en un cambio de tendencia.
Todos hemos sido principiantes en el mercado y hemos leído algún informe de alguna compañía según el cual si no nos contestaba el bróker en ese momento parecía que se nos escapaba el valor. Con los años, nos damos cuenta de que es perfectamente viable esperar tres meses para aumentar la exposición de un activo y que llegue su mejor fase.