Podemos afirmar que la gestión estacional es la más antigua que conocemos. Antiguamente, el comercio se realizaba cuando se tenía la mercancía y no existían medios ni para almacenarla ni conservarla, como en la actualidad. Si se trataba de un producto agrícola, la transacción se realizaba en el momento de la cosecha. O, si se trataba de un producto textil, como la lana, el comercio se realizaba una vez se habían esquilado las ovejas y procesado el producto. Con los avances tecnológicos hemos conseguido mitigar en parte esta estacionalidad, y encontramos normal tener tomates o marisco durante todo el año.
No obstante, si observamos el precio de algunas materias primas vemos que aún existe su ciclo anual. En este ejemplo hemos analizado el maíz. Gráfico 1: rendimiento medio del maíz corregido a ganancia cero.
Como vemos, disponemos de dos grandes fases. Una alcista, con un mínimo anual a principios de octubre. El precio se incrementa hasta finales de mayo del año siguiente, y entonces empieza la fase bajista, que correspondería al resto del año.
Gráfico 2, fase alcista: se ha cumplido el 80 % de los años, y el incremento del precio medio ha sido del 15 % durante los últimos 20 años.
Gráfico 3, fase bajista: ha sido bajista el 68 % de los años, y el rendimiento medio ha sido del -10 %.
Estas grandes fases nos dan dos claras señales al año, pero podríamos entrar en sub-fases o periodos más cortos. Dependiendo del tipo de gestión que tengamos, o si somos fabricantes o consumidores intensivos de esta materia prima, nos puede interesar protegernos contra subidas o caídas bruscas del precio. Así pues, hemos escogido varias sub-fases en las que podríamos operar a más corto plazo.
Protección contra caídas: si necesitamos protegernos nos interesa centrarnos en las épocas del año en que tenemos una expectativa muy negativa ya que, en caso de tener opciones PUT compradas, tienen un coste temporal muy elevado. En este caso podríamos centrarnos en el periodo de 38 días entre el 18 de junio y 26 de julio.
Especulación al alza: si, en cambio, conocemos el negocio y por algún motivo – por ejemplo, el pronóstico meteorológico– tenemos una expectativa clara de subida de precio, podríamos comprar unas opciones CALL centrándonos en el momento con máxima expectativa de alza, en este caso entre el 7 de diciembre y el 24 de diciembre.
Este ciclo de una materia prima puede tener incidencia en el precio de otros activos, desde empresas de alimentación hasta empresas de biodiesel.
Marc Garrigasait, gestor de Panda Agriculture & Water Fund:
¿Que ocurre a finales de junio y julio? Estados Unidos, supone el 38% de la producción mundial de maíz, China un 21% y Europa con un 8%, tienen el mismo ciclo biológico de siembra y cosecha. Por tanto, gran parte de la oferta anual mundial (correspondiente a estos tres países) de maiz sale al mercado en los meses de octubre. En Estados Unidos se cosecha de octubre a noviembre, en China y Europa de agosto a octubre. En Brasil y Argentina, que suponen entre ambas el 9% de la producción mundial, se cosecha de febrero a mayo. Por lo visto en este artículo , la cosecha parece no influir en los precios de mercado del maíz. Vamos a analizar los periodos de siembra. Tanto en Estados Unidos como en China y Europa se siembra de abril a junio. En Brasil y Argentina de septiembre a noviembre, pero como hemos dicho no tienen un peso tan relevante el mercado mundial.
Por tanto, lo que podría explicar las variaciones fuertes (normalmente a la baja) de precio en junio-julio, es que es en ese momento cuando se conoce las hectáreas totales cultivadas de trigo y por tanto se puede estimar la oferta que saldrá al mercado. Con los avances técnicos, cada vez las enfermedades y plagas afectan menos a la cosecha final, tan solo quedaría la incertidumbre metereológica
Se puede creer que los ciclos anuales/naturales ya están superados e incluso se puede llegar a menospreciarlos. Pero es una lástima, ya que saber qué producto corresponde a cada época y comprarlo en su mejor momento, aparte de conseguirlo a mejor precio, nos permitirá disfrutar de sus máximas cualidades. Aunque agradezco los avances en agricultura, logística, etc., que permiten comprar tomates todo el año, espero no tener que privarme nunca de un tomate recién recogido del huerto en su punto de maduración.