El mercado siempre se equivoca
Sí, lo ha leído bien. Normalmente habremos oído que el mercado es muy eficiente y que coloca a cada uno en su sitio, pero pongamos un ejemplo:
Imagine que tiene un activo hace más de 20 años –un piso o un terreno– y pide a un vendedor/tasador que le diga a qué precio cree que lo puede vender. Visitan el activo, y el tasador le dice que fácilmente podrá venderlo por 110.000 €. Lo llama al día siguiente y le dice que el precio correcto es 92.000 €. y 24 horas más tarde le dice que piensa que el precio de venta es otra vez 110.000 €. Seguramente usted pensará en cambiar de tasador. Esto es lo que ha pasado en los últimos días si, por ejemplo, teníamos 1.000 acciones de Apple. Y podríamos encontrar infinidad de ejemplos en miles de acciones durante los últimos años
Saber cuál es el precio correcto no es fácil, pero podríamos decir que el que compró a 110 o el que vendió a 92 estaba equivocado.
¿Por qué pasa esto? Los motivos son varios, y para citar algunos podríamos destacar la capacidad que tenemos de proyectar al futuro la tendencia actual. Si un índice cae rápidamente, tenderemos a pensar qué ocurrirá si sigue cayendo. El miedo empieza a apoderarse de nosotros y creamos una tendencia en este caso bajista. E igualmente sucede con la codicia si la tendencia es alcista.
Otro motivo puede ser que la fijación del precio de la totalidad se basa en el precio de una parte. Supongamos que disponemos de una propiedad de mil metros cuadrados situada en una urbanización de un millón de metros cuadrados. Si la única finca que está en venta es de cien metros cuadrados y vendedor y comprador están muy nerviosos, el precio que fijen afectara la valoración de toda la urbanización.
Algunos ahorradores e inversores creen que el trabajo de su asesor, vendedor o gestor es predecir o anticipar el futuro, sobre todo las caídas. Por desgracia, predecir el futuro es imposible. Creemos que lo que hemos de esperar de nuestro gestor es que intente aprovechar estas ineficiencias y tal vez vender parte de la cartera en máximos y aumentar posiciones cuando se produce una caída del precio.
No decimos que el mercado sea ignorante. Evidentemente, si una compañía incrementa beneficios a ritmo de un 10 % anual y otra compañía los reduce, el precio de la primera aumentará y la segunda disminuirá, pero viviremos muchas ineficiencias por el camino que nos permitirán comprar o vender a un buen precio.