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Lo reconozco, me gusta comprobar los proverbios de la cultura popular que a veces esconden tanta sabiduría. No me podréis que negar que, en particular, el que aparece en el título de esta entrada tiene su gracia. Aun así, por mi parte tendría que ser: “Después de siete años de vacas flacas vendrán siete años de vacas gordas, para volver a empezar hasta el fin de los tiempos”.

Hace tiempo que creo en la existencia de un ciclo superior al anual, bastante más complejo, el cual no tiene una duración fija que oscila entre tres y diez años. Algunos estudiosos del tema lo sitúan en 6 años. No obstante, en los artículos sobre los grandes ciclos se comprueba la dificultad de predecir la duración del mismo y es difícil confirmar el cambio de tendencia hasta muchos meses después de que este haya ocurrido.

Todo esto tiene bastante lógica. Hacen falta varios ciclos anuales para cambiar de un ciclo vicioso de caídas del precio de un activo a un ciclo virtuoso de subidas.

Cuando se llega a un sobre dimensionamiento de la capacidad de un producto, aparece un gran stock, cae su precio, desaparecen los especuladores, el activo que actúa como garantía de préstamo deja de interesar y disminuye la inversión y, finalmente, desaparece el efecto riqueza. El caso es que esta situación suele durar varios años. El tiempo pasa, hasta que un día el stock se rompe, los precios empiezan a aumentar, se anima la inversión, vuelven a aparecer los especuladores que retroalimentan el precio y, en consecuencia, provoca un efecto que también puede durar varios años.

Esto suele pasar en todo tipo de activos, como activos inmobiliarios, minas, explotaciones agrícolas, diferentes sectores de la industria, entre otros. En los últimos años lo hemos visto, sobretodo, con el oro, el petróleo y el maíz con la moda del biodiesel.

Podríamos pensar que este cambio de tendencia tiene un origen psicológico en los inversores, ya que los hay de diferentes clases: los valientes o “contrarians”, cuyos, a veces, entran demasiado pronto. También están los que entran en tendencia más tarde, los que esperan que algo lleve subiendo cinco o más años para invertir, que acostumbran a ser los últimos.

Así pues, podríamos decir que soy bastante defensor de los que dicen que no hay crisis que cien años dure, ni mercado alcista que tampoco dure demasiado.

A continuación, vamos a analizar el Ibex35 durante 29 años, incluyendo el 2016 hasta agosto.

Si nos fijamos en el Ibex durante los últimos años podemos comprobar que, desde su origen, nunca ha vivido un periodo de siete años consecutivos en positivo ni en negativo.

En el siguiente gráfico detallamos el número de años positivos y negativos que ha tenido cada año.

Durante los últimos siete, tenemos cinco años en negativo (2016, 2015, 2012,2011 y 2010)  y solo el 2013 y 2014 están en positivo.

Sólo dos veces se ha conseguido tener 6 de 7 años en positivo:

La primera es en el año 1999, que acabó con una fuerte corrección durante los años 2000, 2001 y 2002. Recordemos que era la burbuja «puntocom» y el momento en el que se solía decir: “esta vez es diferente”.

La segunda vez fue en 2009, donde se vivieron seis años positivos: 2003, 2004, 2005, 2006, 2007 y 2009. Solo el 2008 en negativo.

Después de esto entramos en un periodo de siete años en el que, por ahora, solo dos han sido positivos y podemos decir que, desde su origen, no se ha vivido una acumulación de años negativos tan alta como la actual. Por desgracia, no sabemos la duración de este círculo vicioso que vivimos.

Por último, la pregunta que nos hacemos es: ¿Qué puede pasar en el futuro? No tenemos ni idea, pero el que sí que me gustaría que ocurriera es que después de siete años de vacas flacas llegasen siete años de vacas gordas. Y no seria extraño que en los próximos 7 años, entre 2017 y 2023, el porcentaje de positivos sea como minino la media de 4.

Si se acumulasen 7 años consecutivos en positivo desarrollaremos este articulo para hablar de la inminencia de 7 años de vacas flacas.